lunes, 3 de febrero de 2014

SONETO CXIX "Cicatrices del recuerdo"

Sopla brisa este otoño tan herido
como gotas de lluvia en su tormenta.
Sigo andando perdiendo al fin la cuenta
de los cortes que a mi alma han sometido.

Va el talgo dirección hacia el olvido
y aprendo que el dolor no se lamenta;
mejor se aprieta fuerte y se revienta,
que pinte cicatriz en lo vivido

y entre mis sueños y en lo que tanto amo
y en lo que lucho y en lo que muerdo y pierdo
y en tu respuesta cuando guardé el ramo

de rosas que por miedo no recuerdo.
Y quién sabe si al dártelo, tu tramo
estaría en mi pecho al lado izquierdo.

4 comentarios:

  1. Belleza de soneto Juanjo, como todos, con los que acostumbras siempre a deleitarnos, hoy, es intenso y desgarrador. Las heridas del alma duelen, duelen y la destrozan…ojalá sean solo preciosas letras, salidas de la pluma, y no nacidas de un corazón dolido.
    Pero…me tomo que letras solo, no son.
    Lucha y muerde, pero no te resignes.

    Un gran abrazo y besos Juanjo.

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    1. Gracias por tus palabras, flor bonita, y este soneto guarda un poco de todo. Quise poner de manifiesto la duda, muchas veces injustificada, de hasta dónde nos es permitido llegar, si realmente, y dadas las circunstancias, puedes entregar ese ramo de rosas metafórico. El protagonista del soneto no lo hace, lo guarda porque piensa que está traspasando los límites que la situación le impone (que la chica tenga una pareja, que la chica le haya dejado claro que no tiene sentimientos hacia él, que la chica intente quitárselo de encima mostrando indiferencia...) y es entonces cuando llega el momento de subir al talgo del olvido, porque el silencio da las respuesta que busca. En el tiempo que dure el trayecto, que incluso puede ser eterno, se da cuenta de que hay que seguir caminando para reventar el dolor, y ese dolor es el que debe regar con su experiencia los sueños, por lo que lucha, lo que se gana, lo que se pierde, lo que se muerde y las rosas de aquel ramo que vete tú a saber si de haberse dado, el final de la historia hubiese sido otro. Las heridas, los cortes que se llevan en el alma del otoño herido son muestras de lo que se ha debido de aprender.

      Y bueno, yo ahora mismo estoy en el mejor momento de mi vida, creo que estoy escribiendo lo mejor de mí hasta la fecha y estoy recibiendo enseñanzas muy buenas de una buena amiga que he conocido hace poco y que me dice que trabaje la confianza en mí mismo, porque el mundo es una unidad subjetiva y con tantos puntos de vista como personas habitan en él. Y sabiendo que es cierto, a veces me falla la confianza y nacen nubarrones como los que se muestran en los versos, pero son leves y para muestra, lo último que aquí se ha publicado, que está lleno de luz.

      Lucho, vivo, juego, gano, pierdo y muerdo, pero a veces también es bueno saber resignarse, cuando lo que no depende exclusivamente de ti, decide no llegar. También es experiencia enriquecedora que nos hace crecer. Un punto de vista optimista en la tristeza.

      Gracias como siempre por tu tiempo y tus palabras, flor hermosa. Un beso muy grande y un día y una vida llena de sueños cumplidos es lo que deseo para ti.

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  2. La vida es un contínuo recibir, a veces son caricias, a veces son zarpazos, de todo ello se aprende, incluso cuando la balanza está desequilibrada.
    Tenemos un don especial que nos protege el alma, aunque a veces ésta resulte salpicada por el ácido de la incomprensión, de la maldad sin justificación, de la envidia o la soberbia. La naturaleza es sabia, siempre repone lo que en un principio se nos quita, lo único es que no lo hace a la velocidad deseada.
    Un poco oscuro este soneto, pero no por ello menos mágico.
    Besitos cálidos mi querido sureño, muasssssssss ♥♥ TKMMMMM

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    1. Exacto, mariposa, es un recibir constante de cosas de todo tipo. También es una duda permanente, un miedo que impide una acción, una lucha que no sabes cómo enfocar en ocasiones por miedo a las heridas propias y ajenas.

      ¿Quién le dice al protagonista de nuestro soneto que si le hubiera dado el ramo de rosas a su amada hoy su camino no transitaría por la izquierda de su pecho en vez de en la soledad que parece sumirlo? Y aunque de cualquier modo, su camino transcurriese en la soledad, al menos, lo haría sin dudas, que es lo que parece avivar las heridas del otoño que se contagian en las almas que caminan por él.

      Estoy convencido que cuando cicatricen las heridas, verá las cosas de una perspectiva más sabia y una luz más grande. Tiempo, bendito milagro.

      Gracias por tu tiempo y tus palabras, querida amiga. Un beso enorme y una noche de sueños cumplidos para ti.

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