me encontré con un diario
lleno del abecedario
y de magia que lo nombra
cuando se abre la leyenda
y en sus páginas, las riendas
lleva a un tiempo legendario.
Firma un nombre misterioso,
evoca a bosques profundos
y a la magia de otro mundo,
es tan singular y hermoso
como el lucero de cascadas
que decora la hondonada
de las hadas más bonitas.
Lo toco, lo abro y me hechiza
con su letra hecha de viento,
y el castillo de los cuentos
a lo lejos se divisa.
Así que empiezo a leer
sus historias puntuadas,
cada página acabada
a este sueño hace crecer
y se hace más especial
en un bosque de cristal,
que es la luz de esta mujer
y su encanto y buen hacer.
Son páginas y latidos
lágrimas y emoción
y me nace esta canción
porque todo lo leído,
crea algo extraordinario,
y lo encuentro en su diario.
Se está acabando noviembre. Noviembre, el primero de los meses que más me gustan, los meses donde puede uno perderse entre mantas, cafetera, cine, historias y... ¡libros! He perdido la cuenta de los ratos perdidos en las páginas de un sueño. Pero no puedo perder la cuenta de lo mucho que me gusta un diario que descubrí hace poco gracias a una parte importante de ese diario. En su vida corta aún, ha mostrado un amor intenso e inmenso por las historias. Y me ha descubierto propuestas que posiblemente no hubiera conocido de otro modo. Y es que esta mujer es luz, esa energía que se atreve con todo, que innova con secciones como entrevistas a autores de calidad dudosa como el que ahora escribe estas palabras agradecidas. Esa energía que es capaz de llevarlo todo adelante y seguir soñando.
Y qué decir del nombre de ese diario que me encontré entre los reinos de la sombra (uno de mis lugares de paseos preferidos). Darait. Suena a todo lo legendario que se va desgranando en los versos. Suena a palacios entre nieblas, a hondonadas de las hadas, a bosques de cristal y sí, también a sueños, a sueños imaginados a través de la mente a través de las palabras.
Os recomiendo que abráis este diario y, a quien le guste las historias, no creo que lo cierre.
Gracias por la inspiración, Darait. Un contador de historias no sería nada sin estos estímulos a base de encanto y buen hacer. Que tengas una noche llena de cosas bonitas y un beso muy grande.