Ven conmigo al tejado
que desde allí, podremos contar besos
que otros han olvidado.
Hallemos a los presos
y entremos en el mar de los excesos
de los que no se han dado.
Fundámonos con besos del verano,
aquí en nuestro tejado
del cielo de luz plano,
costémoslos cogidos de la mano.
Y demóslos muy lento,
de modo que los labios curen grietas.
En tu abrazo de viento
de las almas completas
llevaremos los besos a las metas,
que hallemos a la vista.
No he de temer si me pierdo a tu lado
queriendo hallar la pista
del exceso olvidado,
la meta que los dos hemos marcado.
Aquí comienza el camino de nuevo. El presente avanza aunque yo no lo sienta y los días se consumen con la misma celeridad. Propuse recuperar los albores de los sonidos y no me considero un traídor. Así que, desafiando a todas las debilidades y deseos de desistir durante el tiempo necesario, y absorbiendo el dolor natural, doy el primer paso. Mi agradecimento infinito a quienes me siguen acompañando y desde el cielo estoy oyendo un aplauso.
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juando es todo un placar leerrte saludos carlos
ResponderEliminarCarlos, el privilegio es mío contar con tus palabras en este espacio también. Muchas gracias.
EliminarUn saludo y que tengas un buen día.
¿tienen meta los besos?, yo creo que no , que no hay límite, que se agrieten los labios si hace falta, ..... pero a gusto, jajajajaja, y el tejado, buen sitio, sobre todo fresquito, cremita por la mañana, y !ala!, a empezar de nuevo, jajajajaja, besos amistoso Juanjo.
ResponderEliminarLa meta es el exceso de los mismos ^_^. Y el exceso lo marcan los dos que piensan que en lo mejor que pueden gastar su tiempo es dando besos, con los labios agrietados, con las alma completas, con la dulzura que parece olvidada en este tiempo.
ResponderEliminarUn beso enorme Conchi. Y que tengas una noche llena de sueños cumplidos.