Naciste por la noche hacia las nueve,
por eso, nace tarde tu soneto,
hoy son treinta y tres velas al completo
las que luce el pastel hecho de nieve.
Recuerdos de una vida que fue breve
como la flor que aún marchita el seto
mostrando que es el tiempo un amuleto,
fortuna respirar el calor leve
como los treinta y tres años que harías
y los nueve que hace que te has ido.
Recuerdo que dejó lágrimas frías,
en silencio está la casa sin ruido.
El calendario marca igual los días
de este cuatro de octubre tan dolido.
Aquí comienza el camino de nuevo. El presente avanza aunque yo no lo sienta y los días se consumen con la misma celeridad. Propuse recuperar los albores de los sonidos y no me considero un traídor. Así que, desafiando a todas las debilidades y deseos de desistir durante el tiempo necesario, y absorbiendo el dolor natural, doy el primer paso. Mi agradecimento infinito a quienes me siguen acompañando y desde el cielo estoy oyendo un aplauso.
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Que dolorosa es la perdida, por mucho que pasan los días, los meses y los años, la perdida sigue ahí. Pero lo que siempre queda son los buenos recuerdos, los años que pudimos compartir con esa persona, eso no nos lo quita nadie.
ResponderEliminarPor eso hay que aprovechar cada minuto con las personas que queremos, no dejar para mañana poder decir una palabra bonita o decir lo mucho que le queremos, porque puede que despues sea tarde..y eso lo sé por experencia propia. Es por eso que siempre suele decir lo que pienso o lo que siento, ya lo dice la frase, ´´Si un sentimiento pugna por salir, no le niegues la libertad´´.
Son 9 años sin ella pero fueron 24 los que se disfrutaron, aferremonos a eso.
Un beso enorme para ti y otro para ella que estoy convencida que esta muy cerca tuya, cuidandote y deseando que te dejes cuidar.
Gracias por sumarte a este no sé muy bien como llamarlo por el día en el que mi hermana hubiera cumplido 33 años. Todas las cosas que dices las comparto y estoy de acuerdo con ellas y normalmente, no dejo para mañana lo que puedo hacer hoy, aunque hoy el tiempo no dé más de sí mismo. Eso sí, una cosa es hacer lo que quieres hacer y otra es hacer lo que la gente quiere que hagas y que si no haces, lo toman como una ofensa o un descuido.
EliminarSe viviera el tiempo que se viviera, y haga el tiempo que haga, hay fechas (y mira que me gustan poco las fechas) que sólo por la coincidencia de un número te hace evocar las cosas que solían suceder y que ya no suceden por la ausencia perenne. El 4 de octubre es una de ellas y me temo que así será hasta que a uno mismo le toque la hora. Y no se trata de llevarlo bien o mal, porque lo llevo bien, porque tengo todas esas cosas de las que hablas y soy consciente de que este viaje tiene una fecha de finiquitado. Sin embargo, un día concreto, un día en el que no se paraba de ver movimiento por su parte, un día al que le concedía la importancia que yo no le concederé, es el día que más duele de los 365 que tiene el calendario. Repita cuantos se repitan los que me queden por ver.
Un beso grande, princesa de los cuentos de hadas y feliz semana que comienza.
Y yo estoy contigo querido amigo, porque cuando alguien que tanto amamos nos deja, jamás se irá de nuestro recuerdo, y yo lo sé Juanjo, se tanto sobre esos tristes adioses...este día jamás se borrará de tu mente.
ResponderEliminarPrecioso sentimiento conque tu corazón la homenajea.
Un enorme y cálido abrazo, querido Juanjo.
Gracias, Lore, por sumarte también a este día que evoca tanto aunque yo mismo hiciera muy poco, más que nada porque esto de los cumpleaños no va conmigo.
EliminarIgualmente, no es un soneto sobre el dolor del adiós sino del dolor de lo que no vuelve y ha cambiado. Un soneto sobre el día que más duele en el calendario, curiosamente no duele el adiós, quizá porque ese adiós no ha llegado a decirse todavía y guardo muchas cosas dentro que conservo, lo que duele es lo que ya no sucede o dicho de otro modo, duele la ausencia.
Gracias por tus palabras bonitas y por haberme regalado tu tiempo en este recuerdo.
Otro abrazo inmenso para ti, amiga mía, y desearte una muy feliz semana que comienza.
La pérdida de un ser querido siempre deja al corazón algo frío.
ResponderEliminarEl tiempo es bálsamo que mitiga el sangrado de la herida, aunque queda siempre la cicatriz.
Su recuerdo es el que trae color, calor y sonrisas al alma.
Un abrazo.
Gracias, Maite, por dejar tu tiempo en este recuerdo.
EliminarCuando alguien se marcha, como bien dices, deja muchas sensaciones, entre ellas la de frío que se convierte en tormenta cuando llegan fechas especiales. Como en este caso, su 33 cumpleaños. Y mira que a mí las fechas me parecen números de orden para estar un poco más organizados, pues no le veo nada especial a días señalados, salvo que son días como otros cualquiera y que celebrar, habríamos de celebrar cada día que podemos estar aquí.
Sin embargo, me salió esto el pasado 4 de octubre, cuando más o menos a la hora en que ella nació, intenté escribir algo.
Un beso grande y gracias por tus palabras.
No importa como quieras llamar lo realizado hacia tu hermana, tan solo es un deseo que hierve dentro de ti, que deseas plasmar, que aunque la recuerdes todos los días del año, este es un día especial, es un grito a la impotencia, a la rabia hacia un robo perpetrado, injusto.
ResponderEliminarSi ello te calma la cicatriz que durante el año se va volviendo virulenta y precisa este bálsamo para volver a ser sonrosada, pues bien venido sea este bálsamo que tiene ese poder calmante, así puedes volver a coger el aliento con normalidad y seguir tu camino, un camino que al final del tiempo os volverá a juntar.
Me gusta, bueno ya lo sabes, todo me gusta de ti jejeje
No lo puedo evitar, soy totalmente parcial contigo, ¡Qué se le va hacer! :D
Besitos mimosos, muassssssssss ♥ TKM
Me gusta la parcialidad ^_^. Qué siga, qué siga.
EliminarAnte todo gracias por dejar tu tiempo en este recuerdo. Es un gesto muy bonito.
La cicatriz eterna se lleva con la naturalidad del que acepta que el camino no es eterno y que el día que menos lo esperamos, se acaba. Días como estos, que uno no termina de verle la gracia, te trae, no obstante, todo lo que se organizaba en la casa por parte de ella. Y ese recuerdo, el ruido que aún está latente en los ladrillos, es el que te empuja a la añoranza de los tiempos pasados.
Este es el resultado de esa añoranza.
Un beso inmenso para mi mariposita azul y desearle que tenga un día lleno de vientos propicios a sus sueños y deseos.