Cuando llegue el fin del mundo
y de mí no quede nada
que me coja contemplándote
en la espuma de la playa,
con el agua en las rodillas
y la luz brisa de plata.
Que me lleve tu sonrisa
cuando ya no haya un mañana
y no existan los recuerdos
y no suene la palabra
transformada en sentimiento
que en el último verso habla.
Que lo último que vea
sea la luz que hay en tu cara
y marcharme menos triste
para convertirme en nada
esparcida por el viento
de la tierra abandonada.
Que lo último que sienta
sea mi mano en tu palma
junto a su apretón tan suave
como espliego de lavanda
y pétalos de jazmín;
así me marcharé en calma.
Puede ser que los recuerdos
no superen el mañana,
si la mente donde viven
está dormida y apagada.
Por eso quiero pedir
que mi última mirada
esté tan llena de ti
como de ti tengo el alma.

Aquí comienza el camino de nuevo. El presente avanza aunque yo no lo sienta y los días se consumen con la misma celeridad. Propuse recuperar los albores de los sonidos y no me considero un traídor. Así que, desafiando a todas las debilidades y deseos de desistir durante el tiempo necesario, y absorbiendo el dolor natural, doy el primer paso. Mi agradecimento infinito a quienes me siguen acompañando y desde el cielo estoy oyendo un aplauso.
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Si, yo también quiero que cuando llegue el fin del mundo me coja, al menos, pensando en él.
ResponderEliminarUn beso ^^
Hola guapa


EliminarSea lo que sea que pase después, y si es que pasa algo, que lo último que sintamos mientras podamos sentir, sea la cercanía de quien le da sentido a la vida. Se supone que no es mucho pedir, ¿verdad? Sólo una mirada, una palabra, algo, cualquier cosa, pero que sea de ella
Gracias por tu tiempo y tu tesón, como siempre. Que tengas un día lleno de cosas bonitas y de sueños cumplidos