Para encender dos velas
basta el destello ardiente de tus ojos
dejando su estela
de cielo negro y rojo
que pinta en mis mejillas el sonrojo
más cómplice que existe.
Me enloquece que te enfades por nada,
que por todo, es muy triste,
y basta una mirada
para tenerte cálida y abrazada
hasta el amanecer
de todos inviernos que han pasado
para llegar a ser
el hombre enamorado
que los cuentos de hadas han contado
para que te levantes
al tocar el abismo más profundo,
y veas el instante
que surge en un segundo
y cambia para siempre nuestro mundo
de luces y sin sombras,
de creencias que yacen escondidas
y brillan si te nombra
en la noche encendida
por los ojos que curan mis heridas.

Aquí comienza el camino de nuevo. El presente avanza aunque yo no lo sienta y los días se consumen con la misma celeridad. Propuse recuperar los albores de los sonidos y no me considero un traídor. Así que, desafiando a todas las debilidades y deseos de desistir durante el tiempo necesario, y absorbiendo el dolor natural, doy el primer paso. Mi agradecimento infinito a quienes me siguen acompañando y desde el cielo estoy oyendo un aplauso.
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Eso de enfadarnos por nada se lo podías comentar a mi chico, que lo tengo frito xD
ResponderEliminarUn beso ^^
Imagínate entonces si te enfadas por todo, se acaba quemando
Creo que los enfados por nada se solucionan con un "te voy a enfadar porque me enloquece lo bonita que te pones cuando te enfadas". Si te enfadas por todo, incluso intentar quitar hierro con cualquier palabra amable, provoca otro enfado y entonces, creo, la estocada a la relación. Al menos en este momento de la existencia, no contemplo el enfado (el real) como algo posible en una relación. Ya me encargo yo de convertirlo en algo más bonito.

EliminarGracias como siempre, guapísima, por tus palabras y tu tiempo. Que tengas una noche llena de cosas bonitas y sueños cumplidos