Te echo tanto de menos
que podría llorar lágrimas frías.
El dolor cruel sin frenos
que acompaña a mis días
borró que yo soñé que tú volvías,
bella estrella polar
dejándome sumido en la añoranza,
del triste despertar
sin nada de esperanza,
te extraña hasta el dolor que ya me alcanza.
Aquí comienza el camino de nuevo. El presente avanza aunque yo no lo sienta y los días se consumen con la misma celeridad. Propuse recuperar los albores de los sonidos y no me considero un traídor. Así que, desafiando a todas las debilidades y deseos de desistir durante el tiempo necesario, y absorbiendo el dolor natural, doy el primer paso. Mi agradecimento infinito a quienes me siguen acompañando y desde el cielo estoy oyendo un aplauso.
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Hola mi querido Juanjo, cuando has tenido alguien cerca y has conectado enseguida con ese alguien y con causa o sin ella, ya no está a tu lado, el dolor que siente uno es tremendo, puede llegar a asfixiar, a dolerte cada partícula de tu ser, sin hallar reposo ni sosiego.
ResponderEliminarTan solo el paso del tiempo puede aportar algo del bálsamo deseado para mitigar ese intenso dolor.
Crees que ya nada es válido, que nada merece la pena y que el sol puede dejar de salir por ello, si ese alguien no está con uno, pero todo pasa, por suerte o por desgracia, todo pasa.
Aunque ello haya dejado en uno una "linda" cicatriz que en ciertos momentos tormentosos, nos hará memoria de que una vez existió ese alguien por el que hubiéramos dado la vida si la hubiera pedido.
Como son tus poemas, sean del tipo que sean (liras, sonetos y demás) en el dolor esta la hermosura de los sentimientos.
El romance de ayer, es realmente hermoso también, es de los que me gustan a mi, amorosos y dulces.
Esa sentencia, con la que lo terminas, es del todo impresionante, de una gran fuerza y determinación, de una convicción que no deja lugar a dudas de lo que siente el protagonista por esa persona.
Ten un hermoso día mi querido poeta sureño, el rubito está, pero no en sus plenas facultades, calienta pero no en demasía. Ya sabes que soy friolera, diría que mucho. No entiendo mi gusto por la nieve y la montaña, lugares de por sí bastante más fríos que los bañados por el mar, pero en serio que me pirro por esos paisajes, ese clima y ese modo de vida, tan distinto al playero.
Si un día me perdiera, no me busques al lado del mar, búscame en las altitudes, entre abetos, dientes de león o entre edelweiss.
Besitos azules mi querido amigo, muasssssssssssssssssssss
Kanet, nada nuevo se puede decir sobre lo que produce la añoranza. Es una sensación de tristeza permanente, de un pensamiento perpetuo en tiempos del pasado donde sí veía a la luz entrar a raudales en tu vida. Y ahora que esa persona no está, como tú dices, parece que todo ha perdido el color, que te has quedado estancado en el recuerdo de los momentos que pasaste a su lado. Creo que incluso se puede afirmar que cuando echas de menos a alguien es porque te importa mucho y es muy importante para ti. Si una ausencia no te deja sumido en la desolación, es porque no significaba nada importante.
ResponderEliminarSobre el romance, muchas gracias por tus palabras y me alegro mucho que te haya gustado. Es un texto que cuenta la historia de alguien que en un momento determinado, comprende que está sumido en la pasividad, que todos sus sueños se han esfumado pero que él no ha hecho nada por evitarlo. Y hoy, despierta de ese letargo, hoy al menos, intentará cambiar su suerte. No hay que olvidar que es un texto de amor y por tanto, no todo depende del empeño que él ponga, o de cuantas estrellas consiga bajar para regalarle a su amada cuando caiga la noche. El corazón de ella dirá la última palabra, puesto que el de él ya se ha decidido a hablar. Deseésmole suerte.
Besitos grandes de luna llena, Kanet, gracias por tu aporte. Que tengas una hermosa noche y unos sueños reparadores y hermosos.
Como siempre debo reverenciarte por esta lira (una vez más y por siempre reitero que es mi composición favorita.)
ResponderEliminarMe ha gustado el uso de las lágrimas frías para realzar un dolor cruel y que semeja interminable. Lágrimas frías, llanto ahogado, corazón que se vuelve de piedra y que creemos muerto ante la ausencia de latido... son términos conocidos para aquellos románticos que hemos padecido en algún momento un mal que en el XIX afloró hasta hacerse cotidiano y que inducía por aquel entonces a morir de amor; términos que hoy día- ya inmunizados contra esa "fiebre" a causa del mundo de piedra en que vivimos- acompañan al lector a experimentar el auténtico dolor (¿quien dijo que leyendo no se pueda experimentar dolor físico en el cuerpo y hasta en el alma?) que produce la soledad, el desamor, la ausencia...
"...dejándome sumido en la añoranza,
del triste despertar
sin nada de esperanza..."
Es cierto, en ese instante no existe ni un halo de esperanza porque hasta el entendimiento se vuelve contra nosotros. ¡Qué cruel resulta la razón: de continuo anda en batallas con el corazón mas cuando le conviene bienq ue se asocia con él en nuestra contra!
Felicidades por una nueva muestra de tu talento y... gracias por recordarme que no todo el mundo es de acero todavía. Me has inspirado para el capítulo 18 jejejjejejejej
Gracias por este comentario, Akasha. Has reflejado fidedignamente el perido romántico en cuanto a ideas se refiere. Yo aún quiero creer que existe gente con ese espíritu, capaz de experimentar estas sensaciones con gran intensidad. Conocemos la historia y conocemos casos en los que un hombre –poeta para más inri– ha optado por suicidarse debido a la indiferencia de la mujer a la que amaba. También los hay que se han quitado del medio por simple desencanto de la vida. En estos tiempos que vivimos, tan tecnológicos, tan racional, puede dar la sensación que la vacuna contra la "fiebre" (me gusta ^_^) del dolor existe y está al alcance de todos, pero estoy convencido que no es así. He comentado en varias ocasiones que en mi opinión, hay mucho conformismo y poco espíritu de lucha en el ser humano de hoy. Parece que no sabe enfrentarse al dolor y armarse paciencia para luchar por sus sueños. Y quizá, el problema esté naciendo ahí mismo.
ResponderEliminarSobre el texto, es claro y transparente. Alguien echa tanto de menos a otro alguien que sus lágrimas brotan frías de soledad. Se aprecia mucho mundo compartido anteriormente y una sensación inmensa de vacío en el presente, porque falta esa parte, esa voz, esas historias, incluso esos disparates. Hay un profundo sentimiento de nostalgia, lo que hace suponer, que ese pasado fue hermoso. Como le he dicho a Kanet, echas de menos a personas que realmente son importantes en tu vida. Si no existe esa añoranza, esa relación no gozaba de buena salud.
Me alegro mucho por haberte inspirado ^_^. Aunque sabes de sobra que no te hace falta. Tu talento se basta por sí mismo para pintar sueños hermosos. Y por supuesto que hay gente que no es acero. Pondré un ejemplo perfecto. Mira en un espejo. Allí verás a alguien que rebosa sueños y emociones.
Un besito y un abrazo de buenas noches. Que tengas lindos sueños.