En su pluma se cruzan los destinos
de un relato llamado a dejar huella,
por la luz desprendida de su estrella
tan lejos de senderos de adivinos.
Cada letra es sorpresa en sus caminos,
emoción que da un ósculo centella
del gentil caballero a su doncella,
en sus bellos paisajes campesinos.
Se cruzan los destinos en el vuelo
que procura cortar la soledad
de dos almas que viven en el hielo.
Dos amores buscando lealtad
y el amor del destino mira al cielo
que alza a las alas de la libertad.
Ha sido toda un coincidencia –deliciosamente agradable– que el blog lasalasdelalibertad.blogspot.com cumpla hoy un año. Lo descubrí hace mucho tiempo, a raíz de que su autora me descubriese a mí. Lo único que puedo decir del relato que se está escribiendo en ese bello blog es bueno, más que bueno, superior, quizá. Un relato donde efectivamente los destinos cruzados, con los que es más que probable que nazcamos, hilan senderos que abre las puertas a situaciones y acontecimientos realmente emotivos y hasta sensitivos. Eleanor Atwood consigue embarcarte en un viaje que ojalá no se acabase. Emoción, tensión, ternura, traición, tristeza... Destinos cruzados es una invitación, altamente recomendable al conocimiento de esos sentimientos que en estos días, lamentablemente, brillan por su ausencia. A partir de la segunda mitad del siglo XIX, se desarrolla una historia de amor que, en mi opinión, nadie debería perderse.
Señora Eleanor, mil gracias por regalar su magia a manos llenas y mil felicidades por este aniversario. Desde este humilde espacio en verso, le deseo todo lo mejor para su futuro.
Aquí comienza el camino de nuevo. El presente avanza aunque yo no lo sienta y los días se consumen con la misma celeridad. Propuse recuperar los albores de los sonidos y no me considero un traídor. Así que, desafiando a todas las debilidades y deseos de desistir durante el tiempo necesario, y absorbiendo el dolor natural, doy el primer paso. Mi agradecimento infinito a quienes me siguen acompañando y desde el cielo estoy oyendo un aplauso.
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x-)
(k)
(h)
(c)
cheer
Hola mi querido Juanjo, me uno a esta felicitación, pues es bien cierto que nuestra querida Eleanor nos lleva de la mano por esa Inglaterra del 1800 y pico, una época de la cual ella se sabe un sinfín de detalles, los cuales nos hace partícipe de ellos a través de su relato. Capítulo tras capítulo nos invita a recorrer paralelamente a esas vidas que discurren con sus altos y bajos, a sonreír, a sufrir, a alegrarnos, a entristecernos, a aplaudir e incluso a maldecir, igual fuera nuestra vida actual.
ResponderEliminarEs verdad Juanjo, ha sido una coincidencia que lo hayas terminado para hoy, doy fe de ello, de que nada sabías pero tu intuición te dictó terminarlo ayer y entregarlo hoy. Puede que realmente haya una mano encubierta que guíe nuestros actos y nuestras decisiones.
¡Quien sabe!
Muy buenas noches mi querido poeta sureño, ten un buen fin de semana, que esta vez será de 9 días jeje, besitos azules muassssssssssssssss
Y otro besote grande para nuestra común amiga Eleanor, muasssssssssssssss
Kanet, sí, menos mnal, este fin de semana será largo, e intantçé apuntillar varios frentes abiertos que tengo en mi presente.
ResponderEliminarGracias por sumarte a esta celebración humilde a ese gran talento creativo como es la dama Eleanor Atwood. Sí, la verdad es que ha sido toda una coincidencia tener el texto listo para este día en cuanto a su publicación, porque terminarlo, lo terminé un día antes. Pero también es cierto que la idea llevaba rondando por mis intenciones desde hacía ya algún tiempo. Y el tiempo maldito y las obligaciones varias, no te dejan desarrollar lo que, desde que leí las primeras líneas de "Destinos cruzados", sabía que tenía qué hacer. Un soneto humilde, realmente poco para lo que la señora Atwood ha conseguido remover en mi interior con sus palabras. Y sin duda, para todo lo que ella se merece.
Besitos de sol, Kanet. Este se ha instalado en la frontera del sur y no da tregua. Y eso que decían que hoy llovería. Ay, pobres meterólogos, el rubito se ríe de ellos y quizá no se hayan dado cuenta aún ^_^. Espero que pases un agradable fin de semana.
Nada puedo decir aparte de que su autora (una admirable escritora victoriana de la que me enorgullezco de poder llamar AMIGA con mayùsculas) se merece todos los homenajes que sus lectores y el mundo entero puedan brindarle.
ResponderEliminarEscribir a menudo resulta complicado, màs cuando se pretende plasmar un tiempo pasado del que la mayorìa de los lectores actuales no tienen siquiera conciencia, cuando has de luchar por reflejar cuidadosamente las costumbres imperantes, el arte del cortejo, las creencias arraigadas de ìndole polìtica o religiosa, el decoro existente, la mentalidad de la gente de entonces... e intentar que un lector ajeno a ese modus vivendi goce con tus letras y las comprenda.
Eleanor consigue eso y mucho màs mezclando en un mismo relato no solo amor, sino historia, polìtica, intrigas, desarraigo social y demàs intrìngulis que hacen que una historia llegue a ser apasionante.
Gracias por este homenaje, Juanjo, sin duda dedicado a una persona que se lo merece muy mucho.
Besitos y muy buen finde.
Akasha, para mí la escritura es un arma de doble filo. Porque quien lo hace puede pretender la diáctica, la plasmación de sueños e ideas o, simplemente, la intención de entretener. Y el doble filo radica cuando se quiere entretener a la vez que se enseña, o emocionar a la vez que entretiene, o enseñar a la vez que se sueña. Y claro, tenemos que tener en cuenta al lector que va a "enfrentarse" a ese texto. Personalmente, si bien no soy un experto en nada, mi cultura me permite conocer las épocas pasadas, porque son las que más me apasionan. Afirmo que después de Bécquer, ya nada ha vuelto a ser igual. Si bien, hay muchos buenos relatos que hablan del presente. Pero el pasado, en mi modo de ver las cosas, resulta mucho más mágico y abierto para poder soñar.
ResponderEliminarEleanor toca todo lo que dices, como por ejemplo el temor en el viejo continente tras la victoria de Abraham Lincoln y sus ideas sobre la esclavitud. Narra las normas del protocolo y la naturaleza humana. Los hombres han sido hombres desde el principio de los tiempos y las normas –de índole religiosa, la mayoría– han intentado ahogar esa naturaleza sin ningún éxito. Eleanor Atwood,en definitiva, ha elaborado una historia que engancha desde su primera palabra, dándole un ritmo trepidante donde el suceso de un acontecimiento detrás de otro no da un segundo de respiro al lector. Y sí, aunque en mi dedicatoria menciono que es una "historia de amor que nadie debería perderse", porque es el hilo conductor de su argumento, "Destinos cruzados" es mucho más rica en matices y en temas. Es una obra de la que cualquier lector, ajeno o no al modus vivendi, quedará enamorado de ella por el profundo cúmulo de emociones humanas que comprende. Eleanor ha labrado con hilos de oro una historia "llamada a dejar huella" sin lugar a dudas.
Gracias por sumarte al homenaje humilde. Tu AMIGA ^_^, está de celebración y todo lo que reciba es bien merecido. Un besito e igualmente te deseo un buen fin de semana.