lunes, 30 de julio de 2012

SONETO LXXX "Dos años"

El tiempo va cruzando los caminos
caprichosos de azares tan extraños
que hoy miro el calendario y son dos años
que el norte y el sur se hicieron vecinos

y hablablan de crueldad y desatinos,
buscaban la sonrisa entre los daños,
miraban hacia abajo los peldaños
y hacia arriba se fueron los destinos

a pesar del alivio del dolor
que, aunque leve, te daba un respiro
que llegaba a los fondos más oscuros.

Y al final tú viviste lo peor.
Y sabe que aunque estés en tu retiro
te deseo el mejor de los futuros.


Este soneto es para alguien que posiblemente no lo lea. Y no diré nada por respeto. Es una mención afectuosa al día que hace dos años que nuestros caminos coincidieron en la vida y cuenta como el destino nos cruzó para poder resistir mejor los golpes. Para mí fue importante poder estar ahí, animando lo posible, intentando que los peldaños fueran hacia abajo, pero el destino nos dio un guantazo y necesitamos una escalera recta para poder seguir adelante. Detesto acotar el tiempo en unidades de medida, porque el tiempo es libre, y el tiempo es presente. Lo que se vivió en el pasado solo deja recuerdos que sirven en el presente. Y nuestro futuro lo vamos haciendo desde el presente. No hago mención a su nombre, porque le prometí que respetaría su decisión. Pero unas letras que mencionen un día, que nos hemos acostumbrado a medir en años, y este es el segundo, no pueden ser tan malas... Al menos para mí.

18 comentarios:

  1. Si cada minuto que pasa ya es un pasado, y cada recuerdo un presente en tus letras, ya es un bello regalo en tu vida, porque cada pasado que quedó atrás fué un presente y cada presente solo el futuro controla.
    Bonitas palabras de cariño.

    Es un placer leer tus letras, sinceras, fuertes, hermosas.

    Besos Juanjo y vive,la felicidad suele estar a la vuelta de cualquier recodo. Yo lo sé.

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    1. Tus palabras reflejan con bastante precisión mi modo de pensar. No soy de los que miran al pasado salvo para aprender de él y para rescatar algo que me es necesario en el presente. Lo que se hizo, hecho está y por más vueltas que le demos, no vamos a cambiarlo. Mejor dar las vueltas en este presente, que es donde tenemos la posibilidad de encauzar las cosas como queremos.

      El soneto anterior fue para mi amiga Conchi. Este soneto es para otra persona que hoy hace justo dos años que nuestros caminos se cruzaron. Los siguientes serán dedicados a personas que creo que se lo merecen y que irán siendo publicados al ritmo que sea posible.

      Hoy es un aniversario, aunque yo no soy de celebrar nada. Porque considero que medir el tiempo es una estupidez... necesaria. Sería un caos no tener una medida, pero si bien creo que el tiempo es superior para dejarse controlar. Entonces, en nuestro sistema —estúpido— de medir el tiempo, hoy hace dos años que mi camino se cruzó con el otra persona sin que ninguno de los dos supiera qué iba a deparar ese encuentro.

      Y sea como fuera, el encuentro fue un proceso de ayuda, de un dar y recibir de una forma desinteresada, simplemente, porque nacía desde el corazón hacerlo. Y no hablo de una relación de amor. Hablo de alguien que necesita un hombro para desahogar la crueldad que en ocasiones, el destino lleva en sus alas y las derramas contra personas que, sinceramente, no se lo merecen.

      Escuchar, valiente prodigio... dirá la gente. No, no es un prodigio, pero sí es un acto que puede otorgar la paz a una persona en un momento determinado, aunque esa paz dure el rato de conversación y luego, el mundo, vuelva a sumergirse en las tinieblas del dolor.

      Y que conste que esto es solo una mención al día que se cumple dos años. Porque fue bonito los momentos compartidos, aunque todos estuvieran marcados por el dolor del aquel presente oscuro. Y por eso, me gusta acordarme de ella y le deseo que su futuro sea mucho mejor que su pasado. Aunque es difícil imaginar que pueda ser posible. Por lo que sucedió.

      Di mi palabra. Y a mi manera, la cumplo. Aún así, estoy convencido que ya no visita este lugar, y dicen que los ojos que no ven libran al corazón de sentir. Pero, quizá siendo egoísta, lo he hecho, buscando mi propia sonrisa de agradecimiento por haber vivido los momentos que viví.

      Excacto Lore, afirmo con frecuencia que a la vuelta de la esquina de la panadería de tu barrio, puede estar el amor de tu vida. Tambièn puede estar la persona que te ofrezca un trabajo que te dé estabilidad o simplemente, quien te brinde una amistad capaz de enquicer la existencia, que, a fin de cuentas, es para lo que estamos aquí.

      Un besito. Y gracias mil por tu tiempo y tus palabras.

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  2. Si pudiéramos tener una bola de cristal y divinar los acontecimientos que nos iban a suceder al conocer a las personas, muchas historias no habrían tenido lugar, pero nuestro mundo, nuestra existencia, nuestros conocimientos no alcanzan más allá de donde conocemos, por eso, cada vez que se vive una experiencia la creemos como si fuera la única, maravillosa, distinta, la última quizás, y con el paso del tiempo nos damos cuenta de que por otro azar del destino no ha sido como pensábamos. Queda el recuerdo, la sonrisa de lo que fué,quizás la transmutación de la tristeza en trémulas sonrisas, pero se vuelve a comenzar, quizás en otro destino incierto, con el aprendizaje de lo ya vivido y la emoción que guarda el tiempo.
    Simplemente, muy bello escrito que rememora la nostalgia, Bss.

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    1. Entonces, no sería interesante, ¿no te parece, Conchi?

      Aunque no existan nada más que el presente, el pasado deja una enseñanzas que si bien no son para volver a ellas una y otra vez, sí que pueden servir para labrar un futuro mejor.

      Tu comentario me ha hecho recordar lo que se piensa cuando un amor se acaba. Sobre todo si la relación ha sido turbulenta. Juras y perjuras que nunca más. Y bueno, realmente pienso que sí es posible hacerlo. Solo es cuestión de correr cuando la memoria se haya enfríado y un sueño nuevo llame a tu puerta. Tienes la libertad de al menos, correr. Como decía Coehlo en "Once minutos". El caso es que después del "jamás" las cosas se enfrían y cuando vuelve a aparecer alguien que toca el corazón, la mente envía una serie de impulsos que te hacen sentir "lo que nunca has sentido" (eso no es verdad, sientes lo que sientes siempre, pero es necesario que creas que no lo has sentido, para que sigas adelante). Y al final, la historia recomienza. Si las dos almas que reescriben la historia, son compatibles, se complementan y crecen juntas, creo sinceramente que puede ser una relación que envejezca unida. Por muy estúpido que suene hablar de duración en los tiempos que corren.

      Pero volviendo al soneto, que me voy por las ramas, es solo el deseo de rememorar que hoy hace dos años que una persona que a la postre fue muy especial para mí, de la que aprendí mucho y tan buenos momentos me hizo pasar con su conversación, cruzó su camino con el mío, por el azar, o porque tenía que ser así, no tengo ni idea, pero el caso es que ocurrió y ya que ocurrió, se intentó aprovechar el encuentro para de su mano, crecer un poco, o al menos, llenar el tiempo sin que se quedara vacío. Conversamos y conversamos, muchas veces de las estupideces más absolutas, pero sin embargo, descubrí que hablando de estupideces, el dolor podía apaciguarse durante un tiempo leve, que al menos, ese tiempo era tranquilo.

      Y en esta serie de sonetos dedicados, he querido tener una mención a este día. Que según el sistema de medida temporal que tenemos, cumple hoy dos años.

      Gracias, Conchi, por tu tiempo como siempre y por esas palabras que tanto animan a seguir intentando contar una historia.

      Un besazo amiga. Que tengas una semana maravillosa.

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  3. Precioso homenaje para una hermosa persona, que como dices, puede que no lo lea, pero por si un casual lo leyera, yo también le deseo lo mejor de lo mejor y que todo le vaya como desea o lo más cercano a como lo desea y que tenga el coraje para llevar sus deseos a buen puerto.
    Y que echamos de menos su presencia pero que acatamos su decisión.
    Mucho ánimo y buena suerte en todo.
    Besitos azules muasssssssssssss


    ¿Dos años ya? como pasa el tiempo eee y parece que fue ayer.
    Muchos besitos azules mi poeta sureño, que tengas una linda semana que recién empieza, muassssssssssssss

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    1. Dos años ya, Kanet, el tiempo pasa sin pasar.

      He pensado, con frecuencia, que ella fue la primera en llegar a un tiempo que ha sido muy intenso en la vida y que tanto me ha enseñado.

      Y de aquel día, hoy se cumple dos años. De la primera palabra cruzada, del primer contacto que haría nacer un tiempo en el que yo, al menos, crecí mucho.

      Como dice el soneto, hay que desearle lo mejor para su futuro. El destino puso los peldaños demasiado altos como para subirlos sin un esfuerzo capaz de desgastar al más resistente. Nos empeñamos, insistimos en ver los peldaños desde arriba, con el fin único de que todo fuera bajar, que cuesta menos trabajo, aunque bajar unos peldaños, también es peligroso. Todo eso lo tuvimos en cuenta, mientras intentábamos no perder la esperanza.

      Pero hoy la situación es la que es. Y nada podemos hacer al respecto. Tenemos que seguir con las condiciones impuestas, y no hay negociación que valga. El único camino posible, en este caso, es seguir. Y estoy convencido que ella sigue, como sigo yo y como seguimos todos.

      Besitos grandes para ti, mi querida amiga. Y gracias pese a tener el tiempo contado, haber participado en este recuerdo a ella.

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  4. juando te deseo lo mejor de esta vida saludos carlos

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    1. Gracias, Carlos.

      Igualmente amigo. Que la vida guarde una sonrisa para cuando la cuesta se haga demasiado inclinada. Y que te encuentre en ella.

      Agradeecido quedo ante tu tiempo y tus palabras.

      Un saludo.

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  5. La vida es aprender de cada instante y saborearlos.
    Curiosa tu manera de contar esta historia con forma de soneto.

    Gracias por la explicación; a mí sí me gusta que los autores expliquen los matices de sus textos, creo que enriquece la lectura inicial que se hace de ellos.

    Un beso nostálgico ( o dos).

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    1. Muchas gracias, Kayla, por sumarte al "aniversario" de un encuentro fortuito y casual. Efectivamente, los momentos fueron bellos, y se vivieron con la intensidad del que siente estar haciendo algo de que de verdad merece la pena. Hoy hay recuerdos. Y me ayudan a seguir disfrutando del presente, junto a otros tantos.

      Fíjate que cuando llegue, si llego, a la composición cien de cada una de las tres formas que escribo en las rimas del alma, estaba pensando en hacer algo como lo que tú sugieres. Si consiguo hacer trescientas entradas, voy por el soneto 79, lo que me hace pensar que podré llegar, haré publicaciones según me vayan saliendo y haré una explicación del porqué es así y no de otra manera.

      Ya lo práctico en otro blog al que me han invitado a participar www.sentimientoenpoesia.blogspot.com.es y abre debates interesantes si la gente se anima a participar. Así que me has hecho sonreír cuando he leído tu comentario. Gracias.

      Gracias, como de costumbre, por tu tiempo y tus palabras.

      Un beso intuitivo. Que tengas una noche de sueños cumplidos por hermosos.

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  6. La vida es como un tren en el que vamos cruzándonos y dando la bienvenida a unas personas y a la vez vamos diciendo a otras adiós, con ellas vivimos momentos buenos, regulares y peores, de todos los instantes aprendemos incluso más de los momentos negativos, como la vida misma que tiene sabor dulce y agrio, porque sino existieran los malos momentos no podríamos valorar los buenos.

    Un bellísimo homenaje que le has dedicado a esa persona que fue en tu vida tan importante.

    Besos.

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    1. Afirmo con frecuencia que la vida es una sucesión de golpes y caricias y si estamos tan dispuestos a recibir las segundas, cuando vienen los primeros, hay que seguir en pie.

      Me ha gustado tu apreciación de sabores dulces y amargos porque es otra manera de decir lo que pienso yo. Y tienes mucha razón en la existencia del tren por el que paseas, encontrando a gente que, sin percibir una razón poderosa a simple vista, acaba siendo un pedacito de tu existencia, quizá por unos momentos breves, pero igualmente dejan huellas. Aunque mi relación con esta persona no fue nada de amoríos y sí de una amistad hermosa y sincera, hablamos de muchas cosas y compartimos, en la distancia (el norte y el sur se hicieron vecinos), otras tantas. Le afirmaba que hay muchas "parejas" que no se dicen ni buenas noches al llegar a casa. Y sacamos a relucir el simil del tranvía. Encuentras a alguien que en un momento fue especial pero la rutina (qué poquito me gusta esta palabra, me suena a derrota del conformismo) acaba haciendo que el tranvía se pare, restando aliento, ya que no te deja seguir descubriendo lo que el mundo puede ofrecerte.

      Por eso, creo que es tan importante quedarte con lo que suma y aunque duela, a veces, quizá por educación y por "costumbre" separarte de lo que resta para poder seguir avanzando.

      Gracias, Carla, por sumarte al recuerdo tú también. El día de hoy, ha resultado una suma mayúscula, por el recuerdo y por el cariño que recibo del tiempo que todos me regaláis.

      Un besito y que tengas una noche de sueños cumplidos.

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  7. El destino,siempre tan caprichoso. Como tu dices, dando guantazos...
    Quien, lo cambiase¡
    Bess, mi buen Juanjo.

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    1. Sí, Mar. Caprichoso es tela. Pero esta historia no fue dolorosa. Simplemente, se dieron conceptos que hizo ver a una parte que no era beneficioso continuar el contacto. Y el otro, si de verdad es un amigo, o por lo menos, una persona "decente" solo tiene que respetar la decisión y aceptarla. No duele, solo hay una nostalgia de los momentos. Pasa el tiempo y solo quedan recuerdos hermosos de todo aquello. Así que en este caso, la historia es optimista.

      Aunque te doy la razón. A veces te acuerdas de todo el árbol genealógico del destino y quieres cambiarlo. Pero al no poder, mejor aceptar que no se puede y seguir tranquilamente la senda impuesta.

      Gracias Mar, por tu presencia y tu tiempo. Un besito grande.

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  8. Lo mejor es que ''en todos tus presentes'' estés siendo capaz de recordar esa sonrisa que termina saliendo y que intenta tapar una plena oscuridad.
    Estoy segura de que esa persona conseguirá deshacerse de ese manto en cualquier momento y que tus deseos hacia ésta/e, se concederán en cuanto deseé lo mismo.

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    1. Yo también lo espero Noa y como reza el final del soneto, le deseo "el mejor de los futuros". El futuro que ella decida, el futuro que ella merezca.

      Es el deseo que queda en nombre de la amistad que, aunque carente de contacto y forma, yo la sigo sintiendo latir en mi interior.

      Gracias Noa, por tu tiempo y tus palabras y unirte a este homenaje.

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  9. Siempre hay muchos recuerdos para una gran relación, nunca podrás olvidar aquellos momentos, aquellas cosas que te harán recordar que una época atrás te hicieron feliz...
    Aunque esa persona no esté a tu lado, son unas bonitas palabras para ella. Espero que te vaya mejor, y que estés o encuentres a esa persona que se quede a tu lado y comparta una vida contigo.
    Un beso Juanjo, y muchas gracias nuevamente por esos comentarios que dejas en mi blog. Me dejan siempre sin palabras.
    Saludos. :)

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    1. Gracias Sandra, por tus palabras y tu tiempo.

      La relación de la que hablo no fue de amor en el sentido general de la palabra. Sí que existió —y existe— un cariño sincero y un deseo de todo lo mejor para ella, pero no el sentido de amor que hablan las canciones y los poemas.

      La vida pone y quita, tú decides qué te llena y luego, si la otra voluntad también decide que mereces la pena, se produce una unión que no tiene porqué ser sentimental, pero desde luego, sí que resulta enriquecedora. Y es hermosa la libertad de tomártela, así como viene. Disfrutando de sus caricias, aprendiendo de los golpes, pero viviendo, que de eso se trata, a fin de cuentas.

      Los comentarios nacen porque tus escritos lo merecen. Me gusta las ideas que plasmas y dejo constancia. Asi que el que te agradece los relatos soy yo. Por el buen rato que me hacen pasar con su lectura y por ver mi pensamiento, a menudo, reflejado en tus letras.

      Un beso Sandra. Y gracias por tus palabras y tu tiempo.

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