La tarde es más bonita
al caer si te miro la sonrisa
porque nunca se quita.
La luna se da prisa
en hechizar de duende y luz la brisa,
limpiar así tu cielo
y llenarlo de estrellas de verano,
latidos de mi anhelo,
besar tanto tus manos,
que mueves al embrujo de gitanos.
Aquí comienza el camino de nuevo. El presente avanza aunque yo no lo sienta y los días se consumen con la misma celeridad. Propuse recuperar los albores de los sonidos y no me considero un traídor. Así que, desafiando a todas las debilidades y deseos de desistir durante el tiempo necesario, y absorbiendo el dolor natural, doy el primer paso. Mi agradecimento infinito a quienes me siguen acompañando y desde el cielo estoy oyendo un aplauso.
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Pues deliciosas letras Juanjo, ojalá fueran así siempre todas las tardes del año sin tener en cuenta la estación.Aunque se dice, se sabe, llena más, que los atardeceres de puesta de sol en verano acucian más a los sentimientos, dan más rienda suelta a toda clase de invitaciones, me gustó amigo, un abrazo en la corta distancia.
ResponderEliminarY si todo está aderezado por el duende y el embrujo del flamenco gitano, se le da un añadido de magia al atardecer. Una sonrisa que no se quita, es un lienzo inmejorable, así mismo.
EliminarGracias, Luna de Andalucía, por regalarme tu tiempo y tus palabras. Un abrazo grande que abarque los 200 km que nos separan ^_^.
La gracia de unas manos moviéndose en el espacio de tiempo que las miras, percibiendo su embrujo hasta quedar atrapado y no querer dejar de mirarlas.
ResponderEliminarVer como el duende que habita dentro de esa bailaora hace su tarea, que no es otra que elevar el talento innato que tiene dentro de si para deleite de quien la mira.
Que caigan muchas tardes y la brisa mágica envuelva el talento que se derrama.
Besitos domingueros soleados muassssssss ♥♥ TKMMM
Este comentario es en sí mismo un poema. Me encanta como explica la lira de un modo tan preciso y la exactitud con la que describe lo que sentí al escribirla.
EliminarLa bailaora consigue expresar con el movimiento de sus pies, de sus manos y de sus caderas, los mensajes que sólo captan los que saben mirar más allá del lenguaje y ciertamente, con ella el atardecer es mucho más hermoso.
Besos llenos de luna sureña y duende flamenco para la esquina noreste donde una mariposa embruja con el calor de sus palabras.