La cama nos espera.
Cuando siento tu cuerpo sobre el mío
nace la primavera
esta noche de frío.
Tu cuerpo mece el alma cual navío
en el mar del verano
un atardecer con cielos violetas.
Atrapas con tus manos
mi amor lleno de grietas,
llevándolo a cruzar todas las metas
que es quedarme a tu lado
escuchando cantar al colibrí,
habiéndonos besado
para seguir, así,
alimentando las ganas de ti.
Aquí comienza el camino de nuevo. El presente avanza aunque yo no lo sienta y los días se consumen con la misma celeridad. Propuse recuperar los albores de los sonidos y no me considero un traídor. Así que, desafiando a todas las debilidades y deseos de desistir durante el tiempo necesario, y absorbiendo el dolor natural, doy el primer paso. Mi agradecimento infinito a quienes me siguen acompañando y desde el cielo estoy oyendo un aplauso.