Yo estoy loco por tu ser,
y tu alma llena el viento
que respiro en tu mirada
que diviso hoy muy lejos
porque sé que eres prohibida
y me duelen estos miedos
de las guerras de mi mente
con mi corazón abierto.
No sé cuánto aguantaré
a las puertas del infierno...
y tendré que conformarme
con las sombras de mi reino.
Me conformo con tenerte
en los brazos de mis sueños,
donde pueda yo mirarte
sin que nunca corra el tiempo
en las falsas esperanzas
de que duermas en mi pecho.
Me conformo con soñar
abrigar tu bello cuerpo
y quedarme centinela,
vigilando mi silencio,
sin que llegues a saber
que por ti yo estoy ardiendo
y en las horas del reloj
va aumentando lo que siento.
Me conformo con el aire,
me conformo con un beso
deslizado de tus labios,
que me tires desde lejos,
para guardarlo en el alma
como mi tesoro eterno,
y al ser eterna mi lluvia
abras claros en mi cielo.
Me conformo oír tu voz
que resuena en mi recuerdo
como una bella canción
que termina si despierto.
Me confomo con mentirle
a mi corazón abierto
que derrama tanto amor
del que nacen estos versos.
Me conformo con soñar
que te digo que te quiero
y sonrías en mi noche
con tus ojos de lucero,
y me envuelvas en tu abrazo
y en tu luna hallar consuelo.
Aquí comienza el camino de nuevo. El presente avanza aunque yo no lo sienta y los días se consumen con la misma celeridad. Propuse recuperar los albores de los sonidos y no me considero un traídor. Así que, desafiando a todas las debilidades y deseos de desistir durante el tiempo necesario, y absorbiendo el dolor natural, doy el primer paso. Mi agradecimento infinito a quienes me siguen acompañando y desde el cielo estoy oyendo un aplauso.
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Hola mi querido Juanjo, este romance es mortal de necesidad. Que amoroso es.
ResponderEliminarAsí me gusta que no siempre te salgan tétricos y dolorosos, pues prefiero sumergirme entre esas dulces palabras que no en otras que a veces nos has traído.
Este romance es muy mimoso pero no deja de tener una cierta melancolía y resignación, por ese amor desmedido que siente el protagonista y el cual ve que poco a poco se aleja o así lo percibe él o lo presiente y se contenta ya con los sueños y sus recuerdos, quedando con la esperanza de lograr algún día este preciado deseo, de tener a su amada durmiendo en su pecho y él velando ese tranquilo sueño, el cual por fin ya pueda ser real y lo viva con los ojos abiertos y bien abiertos, sorprendido de que ello se haya dado por fin.
Sentir el respirar acompasado y tranquilo de su amada, mientras él se erige fiel guardián de sus sueños y como testigo pondrá la luna, su fiel aliada en los días de temor y desconsuelo.
Me parece genial mi querido poeta sureño, precioso.
Espero reposes hoy, pues ya te toca también que te tienen muy mareado.
Besitos azules muassssssssss
Mi querida Kanet, de nuevo gracias por tus palabras y tu constancia. El texto muestra el conformismo de alguien ante lo que él ve que le ofrece el presente. En este espacio hemos hablado a veces de que el corazón no tiene dueño y actúa por libre. Quizá sea lo que ocurre aquí. El corazón envía pulsaciones de amor hacia alguien que el protagonista ve que está lejos de él, pues le muestra su indiferencia y por tanto, la considera prohibida. Pero sin embargo, y sabiendo que los sentimientos están ahí y ahí se quedarán hasta nueva orden del corazón, se conforma con esos recuerdos y sueños que, esos sí, son exclusivamente suyos y nadie se los podrá arrebatar. Se conforma con tenerla en los brazos de sus sueños, con oír su voz, con un beso dado desde lejos, seguramente aferrado a la esperenza de que el futuro le muestre una sonrisa. Sea de quien sea esta historia, le deseo buena suerte ^_^, a buen seguro la va a necesitar. La esperanza también duele...
ResponderEliminarUn besito muy grande, mi querida amiga, que tu noche sea hermosa y tus sueños lindos y reparadores.
Me ha parecido muy hermoso este Romance, como dice Kanet: "Mortal de necesidad" jajajajjaja
ResponderEliminarSabes que mantengo la idea de que alguien pueda llegar a ser feliz en la parcela privada que le concede el sueño (desgraciadamente a veces solo en ese breve intervalo logrará que sus anhelos se hagan realidad). Me parece un bello concepto el del amor que profesa el protagonista de este poema, que nos remonta casi sin querer a ese amor cortés de antaño, donde el trovador loaba eternamente sus amores no correspondidos hacia una dama que a menudo lo ignoraba por completo.
No esperar nada a cambio y sin embargo seguir alimentando cada día en soledad un amor que se antoja impensable es el típico pensamiento romántico y que hoy (quizás afortunadamente para beneficio de los corazones más sensibles) permanece extinto. Hoy día ya no sentimos la necesidad de sufrir gratuitamente (como bien dices la esperanza también duele...) y sin embargo nuestro protagonista debe de ser de los últimos caballeros cuyo corazón sigue latiendo al compás de un trágico sainete. Sigue luchando contra la realidad con el firme propósito de mantener a su lado (en sus sueños realmente) al alma de su alma, a aquella que él mismo considera su otra mitad.
La esperanza de una sonrisa devuelta, esta vez fuera del sueño y con los rayos de alba asomando, lo mantienen firme en su propósito.
Bello poema, aprendiz de trovador. Bellos conceptos los que manejas en esta historia rimada.
Un beso desde el norte, cada vez más frío, más oscuro y más sumido entre neblinas. ¿Realmente estamos en febrero? Y diría más bien que el fin del mundo se aproxima... :)
Mi querida náyade hechicera de las palabras, es cierto que en los sueños, uno puede alcanzar esa felicidad temporal que la vida ofrece a ratos. Y en este texto, se narra una historia de conformismo ante la realidad de la vida y el empujón de ánimo que otorga los sueños.
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo que sea una fortuna que este tipo de sentimientos hayan quedado extintos, por muy sensibles que sean los corazones. Vemos día a día cómo va el mundo, los acontecimientos que se producen... Quizá todo se deba a sentimientos que hoy parecen enfermar lejos de esos modos corteses de antaño... ¿De veras es una suerte? Yo pienso que no, aunque duela, porque doler, duele.
El protagonista se ve empeñado a conformarse en sus sueños, pero remata con esa esperanza de tener esa sonrisa, de poder decirle que la quiere. Quizá sí, sea un comportamiento anacrónico, pero a fin de cuentas, cada quien es libre de hacer lo que crea oportuno y si el protagonista se empeña en mantenerse en sus sueños y esperar a su plenitud, nadie podrá impedírselo por muchos trenes que pierda, oportuniddes que desaproveche y burlas que le dediquen los cobardes que no pelean por sus sueños y realmente, esas burlas no es más que impotencia ante la envidia de quien es capaz de pelear hasta el final. O yo, al menos, quiero verlo así ^_^.
Un besito en tus manitas de luna desde este sur que es el día de tu noche. Aunque me hago la misma pregunta ¿de verdad estamos en febrero? Envidio esa estampa del fin del mundo... Aunque creo que el Apocalipsis profetizaba que el final del mundo sería a base de fuego, sí, puede ser...