Hoy dibujo una escalera
para subir hasta el cielo
de vainilla de tu pelo
donde está la primavera
contenida en una esfera
con la luz de tus colores
y el azul de la mañana
en tu piel blanca que emana
la belleza de las flores
y sus dulces resplandores.
Paseo por la alameda
de la mano del recuerdo
de la paz donde me pierdo
en lo que de ti me queda
y esperando que suceda
el milagro que no existe,
que aparezcas de repente
y mi soledad ausente
nunca más se ponga triste
cuando vea que te viste
la luz del anochecer
sin zapatos de cristal
que las horas de coral
no los vayan a perder
si es que tienes que correr
para perseguir el viento.
Si me dejas voy contigo
como amigo o como abrigo
para cuidar lo que siento,
y seguir con el intento
de empeñarme cada día
en poner la voluntad
para que nuestra amistad
siga siendo melodía
de amor y de fantasía
en el sueño más profundo
donde brillará tu magia
que presagia, que contagia
la mujer que en un segundo
hace más bonito el mundo.

Aquí comienza el camino de nuevo. El presente avanza aunque yo no lo sienta y los días se consumen con la misma celeridad. Propuse recuperar los albores de los sonidos y no me considero un traídor. Así que, desafiando a todas las debilidades y deseos de desistir durante el tiempo necesario, y absorbiendo el dolor natural, doy el primer paso. Mi agradecimento infinito a quienes me siguen acompañando y desde el cielo estoy oyendo un aplauso.
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Hermosas letras Juanjo y la forma en que te expresas es magnifica
ResponderEliminarMuchas gracias, Esther.

EliminarCreo que los intentos de soñar conque la vida es menos oscura y triste de lo que realmente es, ayuda a ver toda experiencia de un modo menos cruel y más bonito.
Que tengas un día lleno de cosas bonitas y muchas gracias por tu tiempo