Recordar lo que he sentido
es recordar el presente,
porque lo sigo sintiendo
y tu sigues en mi mente,
como lluvia en el otoño
como el invierno en diciembre.
En la víspera de octubre
soplan vientos de relente
que me hielan sin tus manos
y sin su caricia ausente.
Y aunque no sirve de nada
este lamento inconsciente
rimado con las palabras
sigo gritándolo fuerte,
para ver si las respuestas
el camino hacia mí encuentren
Pero sé que no hay respuestas
para mi alma decadente
y aunque sol brilla en agosto
mi piel de frío se muere.
Sé que no vas a evitar
que mi mundo se congele,
sólo queda soledad
y el silencio que no entiende
de dolor ni de vacío
que mi corazón hoy siente.

Aquí comienza el camino de nuevo. El presente avanza aunque yo no lo sienta y los días se consumen con la misma celeridad. Propuse recuperar los albores de los sonidos y no me considero un traídor. Así que, desafiando a todas las debilidades y deseos de desistir durante el tiempo necesario, y absorbiendo el dolor natural, doy el primer paso. Mi agradecimento infinito a quienes me siguen acompañando y desde el cielo estoy oyendo un aplauso.
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Tengo muy claro que el olvido es un hijo de su madre, hace lo que quiere y cuando quiere, no hay más.
ResponderEliminarUn beso ^^
Hola Tamara

EliminarYo también lo tengo muy claro. Caminas y caminas, intentando alejarte de los focos de actividad donde puedan emerger recuerdos y resulta que das la vuelta al mundo, resulta que estando en el punto más alejado, sigues recordando, porque el olvido está en huelga y no tiene intención de curar las heridas.
Gracias como siempre por tu tiempo y tus palabras. Que tengas una tarde llena de sueños cumplidos y cosas bonitas