Anímate y sonríe,
que este mundo necesita
que esa cara tan bonita
su sonrisa me la envíe
aunque yo no pueda verla
pero sí pueda sentirla
y tu rostro hecho de perlas
no haga más que relucirla.
Que la luna no se enfríe
y refulja en tus mejillas
y en las flores amarillas
que hacen magia si sonríes.
Descálzate y camina
por la playa de tus sueños,
que los luceros pequeños
de tu mirada felina
son la luna de la tarde
que se mueren por mirarte
solamente sonreír.
Anímate y estalla
en una lluvia de estrellas
que tú eres la doncella
que a la vida da agallas
para quemar el dolor,
para hacer que salga el sol
en el infierno profundo.
Mira esta noche hacia el cielo,
que tu espejo está en la luna
y refleja la fortuna
de fundirse con tu pelo
para crear el hechizo
de color rojo cobrizo
que regale paz sin prisa
a todo aquel que te mire
que vea magia y que suspire
porque existe tu sonrisa.

Aquí comienza el camino de nuevo. El presente avanza aunque yo no lo sienta y los días se consumen con la misma celeridad. Propuse recuperar los albores de los sonidos y no me considero un traídor. Así que, desafiando a todas las debilidades y deseos de desistir durante el tiempo necesario, y absorbiendo el dolor natural, doy el primer paso. Mi agradecimento infinito a quienes me siguen acompañando y desde el cielo estoy oyendo un aplauso.
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