La voz de tus palabras
me susurra los versos que me inspiras
y que tu magia labra.
Las letras me suspiran
me enseñan tu belleza y se retiran
para inventar de nuevo
la historia que te pueda hacer justicia
y que en mi alma llevo.
El viento y su caricia
no encuentra una hora más propicia
de hacértelo saber.
Si hay magia en este mundo es porque existes
y no lo quieres ver,
pero tu luz reviste
a este mundo que por ti menos triste.

Aquí comienza el camino de nuevo. El presente avanza aunque yo no lo sienta y los días se consumen con la misma celeridad. Propuse recuperar los albores de los sonidos y no me considero un traídor. Así que, desafiando a todas las debilidades y deseos de desistir durante el tiempo necesario, y absorbiendo el dolor natural, doy el primer paso. Mi agradecimento infinito a quienes me siguen acompañando y desde el cielo estoy oyendo un aplauso.
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