Hoy sobran las palabras
al poderme perder en tus caricias
que en el silencio se labran
en la noche propicia,
donde el silencio sea la delicia
de poder contemplarte.
Para qué las palabras si tus ojos
se han hecho el estandarte
donde brilla el sonrojo
de la luna que hoy abre los cerrojos
que guardan la tristeza,
que al fin vuela al sitio más lejano
mientras tu luz empieza
a pintar el verano
que es la vida al vivir entre tus manos.

Aquí comienza el camino de nuevo. El presente avanza aunque yo no lo sienta y los días se consumen con la misma celeridad. Propuse recuperar los albores de los sonidos y no me considero un traídor. Así que, desafiando a todas las debilidades y deseos de desistir durante el tiempo necesario, y absorbiendo el dolor natural, doy el primer paso. Mi agradecimento infinito a quienes me siguen acompañando y desde el cielo estoy oyendo un aplauso.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario