Me miras y no tengo escapatoria.
Sonríes y en mi alma dejas huella.
Parpadeas y veo las estrellas
porque tú formas parte de mi historia.
Olvido y no te vas de mi memoria.
Te duermes y no puedes ser más bella
Soy preso del encanto que atropella
mis penas que por ti mudan a gloria.
Y ahora que estaré tiempo sin verte
me olvido de contar las madrugadas
y se esfuman las ganas de ser fuerte.
Y ahora que estaré tiempo sin nada
siento que se olvidó de mi la suerte
la pena me atrapa en su cascada.

Aquí comienza el camino de nuevo. El presente avanza aunque yo no lo sienta y los días se consumen con la misma celeridad. Propuse recuperar los albores de los sonidos y no me considero un traídor. Así que, desafiando a todas las debilidades y deseos de desistir durante el tiempo necesario, y absorbiendo el dolor natural, doy el primer paso. Mi agradecimento infinito a quienes me siguen acompañando y desde el cielo estoy oyendo un aplauso.
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